Promesas sin presupuesto: la CNTE sacude Morelia

Por Juan Pablo Vaca

Morelia, Michoacán. Desde finales de mayo, la capital michoacana ha sido sacudida por bloqueos, plantones, marchas y tomas organizadas por la Sección XVIII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Las consignas retumban en las calles: aumento salarial, abrogación de la Ley del ISSSTE, pago a eventuales y pensiones dignas. Pero detrás del ruido también hay cansancio, pérdidas económicas y ciudadanos atrapados en el caos vial.

Una profesora de secundaria afiliada a la CNTE, quien accedió a hablar bajo anonimato, expresó:

“Lo que se nos había prometido era que se iban a derogar esas leyes, pero una vez que llegó al cargo, nos dijo que no se podía.”

Sus palabras resumen el sentir de miles de docentes que, entre lonas y consignas, han colapsado varias zonas clave de Morelia. Entre sus demandas: derogar la Ley ISSSTE 2007, rechazar el sistema USICAMM, y un aumento del 100 % al salario base.

El 28 de mayo, iniciaron con un “bloqueo total”. Desde entonces, las vialidades más transitadas Camelinas, Libramiento, Altozano, el Centro Histórico han sido escenario de caos. La toma de oficinas como Rentas, Finanzas y presidencias municipales ha paralizado trámites clave.

Los bloqueos han generado pérdidas superiores a 40 millones de pesos tan solo en Morelia. Comerciantes, transportistas y estudiantes son los principales afectados.

¿Y el gobierno?

Durante su campaña, Claudia Sheinbaum prometió atender estas demandas. Pero al asumir el poder, la presidenta explicó que “el presupuesto no alcanza para todo lo prometido”, y que derogar la Ley ISSSTE implicaría una crisis financiera nacional.

En al menos dos ocasiones, las mesas de negociación con la CNTE han fracasado. Aunque se levantó el plantón en el Zócalo de CDMX, el ala michoacana mantiene sus protestas en pie.

¿Hasta cuándo?

Mientras se discute en mesas federales, en Morelia continúan los bloqueos. Esta semana, “Poder de Base” ala radical de la CNTE en Michoacán ha anunciado una jornada de protestas diarias hasta el viernes 13 de junio, incluyendo toma de casetas y cierre de avenidas principales.

Para muchos morelianos, la situación ha llegado a un punto crítico. Algunos simpatizan con la lucha, pero otros exigen que no se afecte a terceros.

La CNTE no cede, y el gobierno apenas comienza su sexenio. Las protestas en Morelia no solo reflejan el hartazgo magisterial, sino una fractura entre las promesas de campaña y las realidades del poder. Mientras no haya soluciones estructurales, los plantones seguirán formando parte del paisaje urbano moreliano, con todo el costo social, político y económico que eso implica.

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